

Con goles de Bou en el primer tiempo, tras un blooper, y de Castillo sobre la hora, Lanús aprovechó las ofertas y se quedó con un victoria por 2-0 que en el balance final parece demasiado premio. Independiente tuvo un excelente arranque y parecía que iba a arrollar a su rival, pero no tuvo pimienta para definir y se chocó además con la gigantesca figura de Losada, el mejor de la cancha.
En una de las pocas llegadas en profundidad de Lanús del primer tiempo llegó la apertura del marcador. Marcelino Moreno encaró por el medio con bastante libertad, y cruzó la pelota hacia la izquierda para Bou. Pase largo, que Rey iba a contener aparentemente sin dificultad, pero el diablo metió la cola, Vera metió el pie innecesariamente, la pelota se desvió, rozó la mano del arquero y Bou quedó libre para aprovechar el blooper, con una suave toque de zurda.
Fue a los 25 minutos. Hasta ahí la superioridad de Independiente había sido muy notoria. Bien plantado atrás, ordenado en el medio, con los laterales alternándose para subir, con Abaldo dispuesto a hacer valer su gambeta, con Pussetto activo. Así fue encadenando situaciones de gol. Remató Vera y tapó Losada; se equivocó Canale, Pussetto lo dejó solo a Montiel, pero tiró desviado; Galdames falló en un taco, Pussetto falló en un cabezazo. Abaldo metió un lindo chanfle y salvó el arquero muy atento. Daba toda la sensación de que el gol iba a caer en el arco de Lanús, pero inesperadamente cayó en el otro lado. Y desde el gol hasta el final de la etapa el equipo local empezó a perder fuerza, repartió el dominio de la pelota y dejó agrandar a su rival.
En el segundo período, Independiente retomó el control de la pelota y el terreno y fue empujando a Lanús contra su área. Sin mucha claridad, pero con insistencia. Godoy metió un tiro en el travesaño, Cardozo casi vence su propio arco y Losada siguió respondiendo cada vez que lo exigían. En el momento de más presión fue expulsado Montiel por doble amarilla, y Lanús , sobre la hora, metió el tiro de gracia con un cabezazo de Castillo.
A esa altura, la gente que se había entusiasmado mucho con el gran comienzo del equipo, insultaba a la Comisión Directiva, a los jugadores y el clásico "que se vayan todos", explotaba en todos los rincones.
Sigue sin ganar Independiente, navegando en el fondo de la tabla. Lanús, que tiene la cabeza en la Copa Sudamericana, se llevó el enorme regalo de tres puntos. Cosas del fútbol.