

El dólar volvió a operar este miércoles cerca del techo de la banda cambiaria. Se mantuvo la cotización, luego de seis ruedas consecutivas en alza, pero la calma fue atribuida exclusivamente a una fuerte intervención del Tesoro de Estados Unidos a través de bancos internacionales. Se estima que vendió 500 millones de dólares. A falta de recursos suficientes del Banco Central de la República Argentina, fuie el Tesoro de EE.UU. el que se puso en el rol de autoridad monetaria y cumplir el compromiso de vender las divisas necesarias para que la cotización no supere el límite de la banda de flotación.
En las primeras horas de la rueda mayorista, el tipo de cambio tocó los 1491,60 pesos, el límite superior de la banda. Operadores explicaron hubo nuevas compras de pesos coordinadas por el Tesoro estadounidense de Scott Bessent a través de entidades como JP Morgan y Citibank.
La tensión cambiaria se refleja también en los contratos de dólar futuro, con proyecciones que se mantienen por encima del techo de la banda. Para fin de octubre, los contratos de futuros anticipan un tipo de cambio de 1494 pesos, mientras que para diciembre se ubican en torno a 1596 pesos. En el segmento financiero, el contado con liquidación avanzó a 1614,11 pesos y el dólar MEP cerró en 1595,96 pesos. En el mercado informal, el dólar blue subió a 1550, regresando a su récord nominal.
Las presiones cambiarias persisten pese a los anuncios económicos realizados esta semana por el Gobierno nacional junto a la administración estadounidense. Entre las medidas se destacó un swap por 20.000 millones de dólares y un plan de recompra de deuda soberana coordinado por JP Morgan.
No obstante, estos anuncios no lograron modificar las expectativas del mercado, que descuentan que el esquema de bandas cambiarias podría desactivarse después de las elecciones. La demanda de cobertura cambiaria sigue en aumento y las operaciones de dolarización minorista aportan volatilidad diaria.
En este contexto, el ministro de Economía, Luis Caputo, salió a reafirmar que no habrá cambios en el régimen cambiario “independientemente del resultado electoral”. Durante una presentación en la Bolsa de Comercio de Córdoba, aseguró que “después de las elecciones no va a pasar nada” y sostuvo que el tipo de cambio actual está “en un nivel razonable”. Caputo cuestionó las versiones sobre una devaluación post electoral y acusó a los medios de promover “la idea de un cambio de régimen que no está en los planes del Gobierno”.
No obstante, las declaraciones oficiales chocan con el diagnóstico de buena parte del mercado. Consultoras financieras y bancos de inversión sostienen que el actual esquema cambiario es difícil de sostener debido al bajo nivel de reservas netas, la alta brecha y la presión sobre importadores. Según agencias de bolsa, “el mercado descuenta el final del sistema de bandas debido a la fragilidad macro” y considera que la estabilidad dependerá del financiamiento externo que consiga el Gobierno tras las elecciones.
Mientras tanto, los activos financieros argentinos siguen mostrando alta volatilidad. Los bonos en dólares volvieron a caer en Wall Street, con bajas de hasta 2,6 por ciento en el Bonar 2029, mientras que el riesgo país se mantuvo por encima de los 1000 puntos básicos, según datos del índice EMBI elaborado por JP Morgan. Las acciones también tuvieron un comportamiento dispar: el S&P Merval subió 0,8 por ciento traccionado por bancos y energéticas, pero los ADRs argentinos en Nueva York alternaron subas y bajas en una rueda marcada por la cautela.
La visita a Buenos Aires del CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, sumó otro condimento al clima financiero. Desde el banco estadounidense señalaron que el mercado ya descuenta un escenario complejo para el Gobierno y que la incertidumbre política será clave en los precios de los activos locales durante las próximas jornadas. En un informe reciente, la entidad advirtió que “existe un alto nivel de riesgo en el corto plazo” y que los inversores seguirán de cerca el nivel de apoyo político que obtenga el oficialismo el domingo.
A la espera del resultado electoral, la economía transita días de alta fragilidad. La combinación de presión cambiaria, intervención externa, caída de bonos y búsqueda de cobertura muestra un mercado que no logra despejar las dudas. El lunes post electoral será clave para confirmar si el Gobierno mantiene su estrategia cambiaria o si el mercado forzará un ajuste en el tipo de cambio.