viernes 21 de noviembre de 2025 - Edición Nº800

Nacionales | 21 nov 2025

María Becerra lanzó "Quimera", el trabajo más confesional de su carrera

La cantante presentó una obra integrada por 17 temas construidos como si fueran cinco discos diferentes.


María Becerra estrenó “Quimera”, su tercer álbum de estudio y el proyecto más arriesgado, visceral y conceptual de toda su trayectoria. Se trata de su regreso al formato larga duración después de tres años, con un lanzamiento que despliega una propuesta artística pensada al milímetro y que abre una nueva etapa para la artista argentina.

La propia Becerra confesó que hace más de un año tenía un disco terminado. Había grabaciones listas, ideas cerradas, todo un recorrido posible. Sin embargo, la vida la obligó a modificar planes: atravesó meses intensos en lo emocional y lo personal, y lo que siempre había sido su lugar seguro —la música— empezó a devolverle algo inesperado: tristeza. “Todo lo que escribía me dolía. Tenía ganas de seguir haciendo música, pero todas mis canciones venían desde el mismo lugar”, contó sobre ese período creativo.

Lejos de frenar, decidió replantear su forma de componer y sostener la música como refugio, pero desde una nueva mirada. Se preguntó cómo crear desde espacios que no fueran únicamente el dolor, y esa inquietud redefinió el rumbo del disco que ya tenía listo.

Así nació un lenguaje diferente, una identidad renovada y un universo propio llamado “Quimera”. Un trabajo que funciona como quiebre en su carrera, no solo por su nivel de reflexión íntima y el riesgo conceptual, sino porque transforma el vacío en impulso creativo, el sufrimiento en discurso y la búsqueda interna en canción.

Con su sello narrativo construido a partir de experiencias personales, ajenas o cercanas que la atraviesan e inspiran, María dio un paso más y se permitió multiplicarse en identidades sonoras. Así surgieron cuatro alter egos: Maite (la vulnerabilidad, la herida y el amor que enseña); Jojo (el brillo y la sensualidad como declaración de libertad); Shanina (la dualidad, el deseo, la intensidad y su energía cambiante); y Gladys (la raíz, la verdad cruda, el orgullo por el origen y el barrio).

Cada una protagoniza tres canciones con géneros, relatos, estéticas y sensibilidades distintas, formando un álbum donde coexisten pop, urbano, R&B, salsa, dembow, búsquedas experimentales, melancolía, fuego, catarsis y empoderamiento.

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