viernes 21 de noviembre de 2025 - Edición Nº800

Policiales | 21 nov 2025

La despedida que se hizo esperar 41 años: la familia de Diego Fernández Lima velará sus restos

Sus restos serán enterrados mañana en Chacarita mientras la Justicia define si revierte el fallo de primera instancia que benefició a su ex compañero de escuela.


Tras más de 40 años de incertidumbre y angustiosa búsqueda, la familia de Diego Fernández Lima, el adolescente desaparecido en 1984 y cuyos restos fueron hallados este año en la casa de un excompañero del secundario en el barrio porteño de Coghlan, podrá finalmente velarlo y darle sepultura.

La justicia le restituyó la semana pasada el cuerpo del adolescente que murió asesinado a los 16 años y dispuso su velatorio este viernes a partir de las 15 en una casa de sepelios ubicada en Villa Urquiza.

"Vamos a despedir, como se merece, a mi amado hermano Diego. Los esperamos", afirmó Javier Fernández Lima, hermano de la víctima. Y agregó: “Familia, amigos, vecinos, todos juntos buscando la verdad”.

La ceremonia de despedida continuará el sábado por la mañana, cuando los restos de Diego serán trasladados al Cementerio de Chacarita, donde será enterrado.

En octubre, el fiscal Martín López Perrando apeló el sobreseimiento dictado en favor de Cristian Graf, el excompañero de colegio en cuya vivienda encontraron los restos. El próximo 25 de noviembre se llevará a cabo una audiencia clave para definir si el recurso seguirá adelante.

López Perrando, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61 resaltó que el encubrimiento, figura por la que acusa a Graf, es un delito autónomo y solicitó revocar el sobreseimiento para continuar con la investigación.

De acuerdo con la resolución del titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°56, Alejandro Litvack, el delito de homicidio, sucedido hace más de 41 años, se consideraba prescripto y, en consecuencia, también el encubrimiento. El fiscal argumentó que la falta de imputación formal contra un presunto autor impide declarar la prescripción del caso, motivo por el que consideró improcedente el sobreseimiento. La apelación citó jurisprudencia de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional, que sostiene que el encubrimiento puede investigarse incluso sin identificarse al autor principal del delito precedente, siempre que el hecho esté objetivamente acreditado.

 

El hallazgo, 41 años después

La fiscalía reconstruyó los hechos a partir del hallazgo ocurrido el pasado 20 de mayo cuando obreros, que trabajaban en una vivienda ubicada contigua a la del acusado, encontraron restos óseos. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) concluyó que el enterramiento original se ubicaba completamente dentro del predio de la casa donde vivía el imputado.

Ningún integrante de la vivienda alertó a la policía, y los testimonios recogidos por la fiscalía remarcaron la actitud de indiferencia del acusado ante el hallazgo. Se destacó además que el imputado había pedido anteriormente a los trabajadores que tuvieran especial cuidado con una planta cercana al sitio exacto donde se encontraron los huesos.

Durante su declaración indagatoria, Graf afirmó no recordar a Fernández Lima ni a otros compañeros de la escuela ENET N°36, donde ambos cursaron segundo año en 1983. La fiscalía calificó esa versión como “inverosímil” y subrayó la contradicción entre esta declaración y los testimonios de obreros, quienes aseguraron que el acusado mostró nerviosismo y conocía la existencia de la fosa.

Para López Perrando, el encubrimiento se mantuvo en el tiempo y sólo cesó con el hallazgo de los restos. Consideró probado que el cadáver, tras ser desmembrado, fue ocultado deliberadamente y que la protección de la fosa, sumada a la actitud del acusado, confirman una intención de encubrimiento prolongado.

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