El boxeo argentino masculino se quedó sin campeones mundiales. Fernando Daniel Martínez hizo un gran esfuerzo pero terminó siendo noqueado en el 10º asalto por el texano Jesse “Bam” Rodriguez,que lo ejecutó con una notable izquierda a la cabeza y lo derribó por toda la cuenta en Riyadh (Arabia Saudita). Rodríguez ahora ostenta la triple corona de los supermoscas del Consejo, la Organización y la Asociación Mundial y se mantiene invicto en 23 combates con 16 victorias antes del límite. A los 34 años, el “Pumita” deberá emprender la reconquista de una corona que pudo sostener durante más de tres años y que siempre expuso sin medir riesgos y ante rivales calificados.
Apenas en los primeros seis minutos, Martínez pudo plantarse en el ring con actitud dominante. Más sólido y continuo en el trabajo al cuerpo, el argentino pareció sorprender al campeón texano. Pero los vientos del combate (que no se vio en la Argentina porque solo fue transmitido por la aplicación paga DAZN), que acaso resultó menos intenso de lo que se supuso en la previa, cambiaron defintivamente a partir del tercer round.
A partir de ese momento, y con firmes combinaciones por línea interna, “Bam” Rodríguez se puso en marcha y detuvo el avance de Martínez, que empezó a sangrar de la nariz producto de esos golpes que también repartió a los planos bajos. El argentino cometió un error: se plantó de manera frontal y no hizo lo mismo que su rival, que combinaba sus manos e inmediatamente salía a los costados para volver a fabricarse ángulos nuevos desde los cuales conectar.
Del tercero al noveno round, Rodríguez dominó con nitidez, mientras Martínez tenía cada vez más inconvenientes para asumir la iniciativa, sostener el ritmo de pelea e incluso llegar. Por el contrario, la izquierda cruzada del texano fue castigando de tal manera al argentino que su rostro presentaba inflamaciones en el pómulo derecho y el ojo izquierdo.
Al momento de la definición categórica, “Bam” Rodríguez había sacado cinco puntos (88 a 83) en la tarjeta de Página 12 y la tendencia de la pelea era irreversible. El argentino derrochó corazón y coraje y dio combate hasta el último instante. Pero se encontró con un boxeador de gran jerarquía que lo superó sin atenuantes y que pronto dejará el peso supermosca (52,152 kilos) para ir a buscar títulos mundiales a los pesos superiores.
La derrota, desde luego, que duele porque vuelve a dejar al boxeo masculino argentino sin el brillo de un campeón del mundo. Pero era previsible. “Bam” Rodríguez puso las cosas en claro y ganó porque fue, en todos los planos, el mejor de los dos. El “Pumita” Martínez dejó todo sobre el ring e hizo lo que estaba a su alcance. Perdió contra un crack, por eso, no hay nada para objetar. Tan solo seguir participando.