Pasó una semana frenética en la política nacional. Todos hablan, todos opinan, todos manguean, todos meten la cola. El gobierno de guapo a especulador, la oposición de pollo a gallo y el grupo de gobernadores que se le anima a la Casa Rosada. Los nuevos tiempos legislativos, la reunión en Olivos y el nuevo ministro del Interior que intenta hacer pie en medio del caos.
Después del resultado electoral del 26 de octubre, todos imaginaban que el gobierno podía llegar a marcar el ritmo a su gusto en el Congreso. De hecho, en el sprint final hacia el armado de los bloques, se fortaleció, arrimó nuevas voluntades a su bloque a base de billetes para las provincias y venta de futuro. Sin embargo, como un frasco de muestra gratis, la primera sesión en la Cámara de Diputados tuvo más sombras que luces.
La Casa Rosada, envalentonada con que tenía los votos para aprobar la ley de leyes, pensó que podía meter dentro de la misma un par de cosas escondidas, pero desde la oposición reaccionaron y empezaron a pedirle a los diputados de Catamarca, Salta, Tucumán y Misiones que no acompañen sólo ese artículo.
Con los números finos, la estrategia de Martín Ménem y su grupo fue mocionar para que el Presupuesto se vote en particular por capítulos y no por artículos. Con esto, presionaba a esos diputados que responden a gobernadores a borrar con el codo lo que habían votado hace dos meses con la mano. Y fue en vano. El capítulo XI salió rechazado por un puñado de votos y ahora llegó al Senado con una mirada extrema desde la Casa Rosada: si no se recupera todo ese paquete, vetarán la ley y tendremos otro año más sin ley de leyes.
Como si fuera poco, en medio de la madrugada y sin previo aviso, La Libertad Avanza y Unión por la Patria acordaron para votar los nuevos Auditores Generales de la Nación. Los cargos que le pertenecen a los diputados estaban vacantes y eligieron a un peronista, a una libertaria -que es la cuñada de Federico Pinedo, ex diputado PRO- y a una mujer cercana al gobernador salteño Gustavo Sáenz. Estalló el PRO con Cristian Ritondo a la cabeza y hablan de “una relación rota” por estas horas. El interbloque que pensábamos que le iba a votar todo lo que presenten, ahora quedó en pie de guerra contra Milei.
Este viernes la Cámara Alta ya dictaminó el Presupuesto recibido desde su vecino recinto y ahora sesionará este 26 de diciembre, para poder despacharlo en el plenario y devolverlo a Diputados, ya que seguramente recibirá las modificaciones que pide el Gobierno. Sin embargo, La Libertad Avanza tuvo otro revés en pocas horas: la discusión de la Reforma Laboral pasa para febrero.
La CGT se despertó y salió a la calle. Tal vez porque ahora desde la Casa Rosada le tocaron el bolsillo a los sindicatos, tal vez porque oyeron la voz de los ahogados trabajadores. Pero en definitiva el ruido se hizo sentir, y Patricia Bullrich, flamante presidenta de la Comisión de Trabajo, tuvo que posponer los plazos previstos ya que querían que la Reforma Laboral entre el mismo 26 con Presupuesto.
No había agua, y se tiraron a la pileta. De hecho, la propia ex ministra de Seguridad chicaneó en redes a Héctor Daer, titular de la central obrera, y 45 minutos después se conoció la postergación. La marcha fue simbólica, hubo mucha gente en la Plaza de Mayo y los alrededores, y los discursos son los típicos.
Es probable que el punto que desobliga a las empresas a ser agentes de retención de la cuota sindical de los laburantes sea un método de extorsión del gobierno para negociar otros puntos, pero hoy está en el texto y asusta a los gremios. Sería el último clavo de un cajón que se viene cerrando con la pérdida de credibilidad de sus propios afiliados.
Diego Santilli no tuvo un buen debut. Consiguió que los lacayos de Jalil, Saenz y Jaldo, los misioneros, los entrerrianos y los chaqueños aporten a la votación del Presupuesto en general, aunque quedó evidenciado que fue por el acuerdo de erogación de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), y no por convicción del texto que estaban votando. De hecho, fue el propio “Colorado” el que declaró hace unas horas que no habían podido convencer a algunos jefes de provincias con un equilibrio fiscal votado en el Congreso.
Ahora, el ministro del Interior busca acelerar los tiempos para llegar con Presupuesto al 2026, y rearmar una estrategia de cara a las extraordinarias de fines de enero y febrero. Con conseguir todo antes del 1 de marzo estará mas que satisfecho, pero suena ilógico pensar hoy lo que puede llegar a pasar dentro de dos meses en un país convulsionado desde lo político y con revisiones de los acuerdos con el FMI pendientes en puerta.
Antes de que cierre 2025, Milei juntará a todo su gabinete en la Quinta de Olivos para hacer un balance y rediseñar estrategias para el año que empieza en pocos días: camaradería, alguna copa y conocerse entre varias nuevas caras que están a cargo de algunas áreas sensibles. Allí se planeará el futuro del país mientras el pan dulce y la sidra corra en paz por las casas argentinas.