Con esta salida, la Argentina no solo abandona la mesa de negociaciones en la COP29, sino que también deja de participar de grupos clave como el G77 + China, una alianza que reúne a países en desarrollo, incluidos varios latinoamericanos. Esto podría tener consecuencias en términos de imagen internacional y en la capacidad del país para acceder a fondos de financiamiento climático, cruciales para afrontar los daños que ya está provocando la crisis ambiental.
La sorprendente decisión de retirar a la delegación argentina de la COP29 se produce en un momento clave para las negociaciones climáticas globales. La cumbre tiene lugar en un contexto en el que los países más desarrollados, como Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea, están siendo presionados para aumentar su aportación al financiamiento climático y a la reparación de los daños sufridos por los países más pobres y vulnerables. Con la Argentina fuera de la mesa de negociaciones, el gobierno de Milei podría estar aislando aún más al país de las discusiones clave sobre cómo mitigar y adaptarse a los efectos del cambio climático.
Al mismo tiempo, la decisión sorprende en un momento en que Milei se prepara para viajar a Estados Unidos, donde se reunirá con Donald Trump, uno de los principales exponentes del escepticismo sobre el cambio climático. Esta reunión podría reforzar la postura de Argentina en contra de las políticas internacionales para mitigar el calentamiento global, pero también aleja al país de un escenario donde el acceso a financiamiento y cooperación internacional se vuelve cada vez más crucial.