

No hay, todavía, una perspectiva de salida a la dramática situación con el gendarme argentino, Nahuel Gallo, que se encuentra detenido y enjuiciado en Venezuela en condiciones que se desconocen. El Gobierno tiene prácticamente nulos enlaces en territorio venezolano y solo cuenta con la asistencia de Brasil, que de acuerdo a altas fuentes oficiales está “cooperando todo lo que puede” con la Argentina, sin una solución a la vista.
El Gobierno ni siquiera puede garantizar aún la designación de un abogado para Gallo. “Es difícil encontrar a un profesional probo que no sea del régimen de Nicolás Maduro. Estamos buscando la ayuda de ONGs no vinculadas al régimen”, dijo una fuente oficial.
El Gobierno se aferró a la luz de esperanza que le dio el comunicado del Ministerio Fiscal de Venezuela, que confirmó que el gendarme fue “procesado por vinculación a acciones terroristas” y que se lo investiga por “graves hechos que atentan contra la Nación”, por lo que deberá afrontar un proceso judicial. Un importante funcionario lo resumió así: “Era un desaparecido y no tuvieron más remedio que blanquearlo, aunque fuera de esta forma nefasta”. Y agregó: “Estamos trabajando en varias líneas de ejecución compleja y con resultados que están por verse. La situación es muy difícil”.