

El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicará este viernes 11 de abril el índice de inflación de marzo de 2025, y las expectativas no son alentadoras. De acuerdo con estimaciones de consultoras privadas, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) podría situarse entre el 2,5% y el 3%, superando el 2,4% registrado en febrero. Este escenario representa un nuevo golpe a las proyecciones económicas del Gobierno, que había establecido como meta una inflación anual del 18%.
Los analistas advierten que la inflación en Argentina vuelve a posicionarse como el principal desafío económico, con un impacto directo en el poder adquisitivo de la población. En este contexto, los alimentos siguen siendo el factor de mayor presión sobre el índice general.
Alimentos y bebidas
Según el último informe de la consultora LCG, el rubro de alimentos y bebidas, uno de los más sensibles para los hogares, aumentó un 3,7% en marzo. Dentro de esta categoría, la carne se disparó un 6,3%, mientras que los lácteos y huevos subieron 5,6%. También se observaron incrementos en verduras (3,3%) y bebidas (2,8%).
Estos datos no solo confirman la tendencia alcista en los precios de los productos básicos, sino que además contrastan fuertemente con las expectativas oficiales.
Aumentos estacionales en indumentaria y educación
Marzo no solo trajo aumentos en alimentos. El mes estuvo marcado por subas en rubros sensibles a la estacionalidad, como la indumentaria, debido al cambio de temporada, y la educación, por el inicio del ciclo lectivo. Estos factores estacionales contribuyeron a ampliar la presión inflacionaria, generando un contexto aún más complejo para las autoridades económicas.
El presidente Javier Milei reconoció que marzo presentaba desafíos particulares, pero sostuvo que, si se mantiene el rumbo económico, abril o mayo podrían mostrar una leve desaceleración, con una inflación inferior al 2%. Sin embargo, esta perspectiva fue objeto de críticas por parte de especialistas y analistas del mercado, quienes señalan que los desequilibrios estructurales persisten y que es prematuro hablar de una tendencia sostenida a la baja.
El tipo de cambio y el FMI: tensiones que impactan en la economía
Mientras el Gobierno trabaja para cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el mercado permanece atento a los movimientos del dólar, cuya estabilidad resulta clave para contener una mayor aceleración de precios. Los rumores de una posible devaluación generan incertidumbre, ya que cualquier ajuste cambiario podría trasladarse rápidamente al costo de vida, afectando nuevamente el bolsillo de los consumidores.
En este marco, la política cambiaria se convierte en una herramienta de doble filo: por un lado, evita una escalada inflacionaria a corto plazo; por otro, tensiona las reservas del Banco Central y limita el margen de maniobra del Gobierno.
El impacto directo sobre el consumo, especialmente en alimentos y servicios esenciales, reafirma que la inflación sigue siendo la principal preocupación de los argentinos. La necesidad de medidas eficaces y sostenibles se vuelve imperativa para frenar la escalada de precios y garantizar una mayor estabilidad en los próximos meses.