

El escritor peruano Mario Vargas Llosa, ganador del Premio Nobel de Literatura 2010, falleció este domingo 14 de abril en Lima a los 89 años, según informaron sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana a través de un comunicado difundido en redes sociales. La familia confirmó que se cumplirán sus deseos póstumos: no se realizará ninguna ceremonia pública y sus restos serán incinerados en las próximas horas.
Vargas Llosa, nacido el 28 de marzo de 1936 en Arequipa, deja un legado literario imponente. Fue autor de novelas emblemáticas como Conversación en La Catedral, La ciudad y los perros, La casa verde, La fiesta del chivo y Travesuras de la niña mala, su última gran obra publicada.
Reconocido como uno de los principales exponentes del llamado Boom latinoamericano, Vargas Llosa fue también un influyente ensayista, dramaturgo y columnista. A lo largo de su carrera obtuvo numerosos galardones, entre ellos el Premio Cervantes, el Príncipe de Asturias de las Letras, y el máximo reconocimiento de las letras: el Nobel de Literatura, que le fue otorgado por “su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo”.
Más allá del mundo literario, mantuvo una activa participación en la vida política. En 1990 fue candidato a la presidencia del Perú y, desde entonces, continuó como figura relevante en el debate público, tanto en América Latina como en Europa.
Sus últimos años en Lima y una despedida íntima
Desde 2022, Vargas Llosa había regresado a vivir en su departamento del distrito limeño de Barranco, donde retomó su vínculo con su exesposa Patricia Llosa. En sus últimos paseos, incluso visitó el bar 'La Catedral', lugar que inspiró su célebre novela homónima publicada en 1969.
Su fallecimiento no solo enluta al mundo de las letras hispanoamericanas, sino que genera una coincidencia histórica y simbólica: ocurre el mismo día en que, en 2015, falleció el escritor uruguayo Eduardo Galeano, autor de Las venas abiertas de América Latina. Ambos, desde enfoques diferentes, marcaron profundamente la narrativa y la conciencia crítica del continente.