

Cada 23 de abril se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, una fecha instaurada por la UNESCO en 1995 con el objetivo de rendir homenaje a los libros, los lectores y los escritores de todas las épocas. La jornada busca destacar el valor de la palabra escrita como herramienta de conocimiento, memoria, imaginación y diversidad cultural.
La elección del 23 de abril no es casual: ese día, en el año 1616, murieron tres grandes pilares de la literatura universal —Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega—, un símbolo de cómo la literatura trasciende fronteras y épocas.
En Argentina, si bien existe una fecha especial local para conmemorar el Día del Libro (15 de junio), el país también se suma a la celebración internacional. Y no es para menos: la literatura argentina ha sabido forjar una identidad poderosa, con voces reconocidas en todo el mundo y una producción que sigue marcando a generaciones enteras.
Algunos títulos fundamentales para recorrer la literatura nacional:
• El matadero, de Esteban Echeverría
• El Aleph, de Jorge Luis Borges
• Casa tomada, de Julio Cortázar
• White Glory, de Sara Gallardo
• Hoy temprano, de Pedro Mairal
• El nervio óptico, de María Gainza
• Los fantasmas, de César Aira
• Ciencias morales, de Martín Kohan
• Los peligros de fumar en la cama, de Mariana Enríquez
• Las aventuras de la China Iron, de Gabriela Cabezón Cámara
• El viento que arrasa, de Selva Almada
• Viajera crónica, de Hebe Uhart
• Un cementerio perfecto, de Federico Falco
• Las malas, de Camila Sosa Villada
• Zama y Nido en los huesos, de Antonio Di Benedetto
• El entenado, de Juan José Saer
• La invención de Morel, de Adolfo Bioy Casares
• Martín Fierro, de José Hernández
• Rayuela, de Julio Cortázar
El Día Mundial del Libro es una invitación a volver a esas páginas que nos transformaron, a descubrir nuevas voces y a celebrar ese objeto que, en plena era digital, sigue siendo insustituible: el libro.