La Unión Cívica Radical de Valle Viejo atraviesa una nueva crisis que deja al descubierto viejas prácticas políticas que muchos creían superadas. El actual presidente del partido en el departamento, Gustavo Roque Jalile, decidió imponer a su hija, Samira Jalile, como candidata a concejal, desatando un fuerte rechazo interno y poniendo en evidencia la falta de democracia dentro del centenario partido.

Lejos de consensuar o abrir el juego a nuevos liderazgos, Jalile optó por priorizar el apellido por encima de las propuestas, generando un quiebre en las filas radicales, especialmente con la Juventud Radical, que decidió plantarse con firmeza frente al atropello.

👉 El presidente de la Juventud Radical de Valle Viejo, Ángel Barrios, tomó una postura clara y valiente: lanzó su propia candidatura en señal de rechazo a esta maniobra.

📣 “No podemos tolerar una imposición así ni avalar lo que venimos denunciando. Es más de lo mismo: nepotismo”, declaró Barrios, dejando al descubierto las tensiones internas y el hartazgo de las bases juveniles ante una dirigencia que parece no querer soltar el poder.

Mientras la UCR se enreda en disputas familiares y ambiciones personales, el mensaje que dan a la sociedad es el de un partido cerrado, verticalista y desconectado de las verdaderas demandas ciudadanas.

📉 La crisis en Valle Viejo no es un hecho aislado, sino un reflejo de lo que ocurre en muchos sectores del radicalismo, donde los apellidos pesan más que las ideas, y los cargos se reparten como si fueran herencia familiar.

📉 Y no es solo un problema local. Este tipo de manejos muestran por qué el radicalismo ya no conecta con la sociedad: perdió credibilidad, perdió representación y, sobre todo, perdió el alma.

💀 La UCR no está en crisis. Está muerta.