

Detrás del crimen de una mujer en Berisso existe una trama oscura de violencia que empezó desde hace años. Venta de droga, robos y al menos dos homicidios son los delitos por los que tanto ella como su pareja cumplían prisión domiciliaria. Pero todo terminó de la peor manera.
Yesica Noelia Duarte Martínez tenía 33 años. A las 9.20 de la mañana del domingo, ella fue encontrada asesinada en el patio de su casa, toda ensangrentada y con dos disparos que le habían dado por la espalda. A muy poca distancia estaba su esposo, Nicolás Castro Oviedo, de 30.
La autopsia reveló que Duarte sufrió un disparo en la espalda media, con salida en la zona abdominal, y la otra a la altura del hombro, con salida por debajo de la axila. Además, tenía “equimosis en la región frontal”. Es decir, golpes en el ojo.
En la casa de calle 38 entre 129 y 130, donde ambos convivían, estaba la madre de Castro. “Entraron a robar y lo quisieron matar”, aseguró la mujer a los investigadores. Pero no se quedaron con esa versión y decidieron indagar más.
El arma homicida no estaba en el lugar, pero sí encontraron tres vainas servidas de calibre 9 milímetros. También vieron dos orificios de disparos en el paredón de ladrillos huecos, que estaban del lado de adentro de la casa.
A pesar de que el lugar estaba revuelto, y las puertas de los roperos y de los cajones de la habitación matrimonial estaban abiertas, la hipótesis del robo fue descartada casi de inmediato. Así se abrió otra línea de investigación ligada al pasado de la víctima.
Duarte estaba presa en su casa y era monitoreada con una tobillera electrónica por una causa de venta de drogas de 2023. Castro Oviedo tenía antecedentes por robo, tenencia ilegal de armas y dos homicidios agravados. Había obtenido la domiciliaria hace un mes.
“Posiblemente, fue un ajuste de cuentas”, señalaron fuentes de la causa minutos después del hecho, ya que no encontraron el arma homicida en el lugar. Sin embargo, un testimonio clave dio un giro inesperado en la causa.
Una de las declaraciones más impactantes que recolectó la policía en el lugar del crimen fue la de la hija mayor de Duarte, quien aseguró que su hermano menor estaba en la casa al momento del ataque. Tiene apenas 7 años y vio todo.
Nicolás le pegó dos tiros a mamá y después se disparó”, le dijo a su hermana. Ella explicó que su mamá sufría violencia de género y había tenido múltiples episodios de maltrato.
También indicó que Castro Oviedo era una persona violenta, que solía tener armas y que incluso le había arañado el cuello ese mismo día para sacarle el celular. También contó que el hombre le daba drogas a su madre para que las vendiera