

Este pasado miércoles quedará marcado como un verdadero día negro para La Libertad Avanza en Catamarca. En cuestión de horas, el partido recibió golpes desde todos los frentes y terminó tambaleando.
La primera campanada llegó con la denuncia de José “Pepe” Quinteros, apoderado del MID Catamarca, contra Pablo Agüero, titular de la UDAI ANSES Catamarca, y su esposa Verónica Vallejos, diputada provincial. El motivo: presuntos delitos penales y/o electorales por el manejo de fondos de campaña en las elecciones generales de 2023. Un golpe que, por su gravedad, dejó a más de uno con la mandíbula floja.
Pero eso fue apenas el inicio.
En Valle Viejo, el concejal Medina decidió pegar el portazo y abandonar el espacio. Según explicó, fue víctima de un intento de expulsión tan burdo como patético: se basaron en capturas de redes sociales y le notificaron por WhatsApp. Le pidieron luego documentación por mail, y después de dos semanas… silencio absoluto. Una muestra más de la falta de seriedad institucional y del manejo concentrado en unos pocos apellidos que, cuando no reciben obediencia ciega, buscan la forma de borrarte del mapa.
“No me siento respetado. Fui electo concejal de LLA con conceptos claros de libertad, pero recibí maltrato y destrato”, dijo Medina, quien anunció su pase a Unión Libertaria.
Y como si el día no estuviera lo suficientemente caliente, el empresario Javier Galán apareció en un medio radial con los tapones de punta. Acusó a integrantes de LLA Catamarca de quedarse con parte del sueldo de sus asesores legislativos para financiar campañas. Según él, cada diputado tiene 8 o 9 asesores y a cada uno “le sacan la mitad del sueldo”. Algo que para muchos no fue novedad… pero que ahora se dijo en voz alta.
En este clima, varios dirigentes que se sumaron recientemente al espacio que lideran Lencina–Brizuela ya estarían “mirando de reojo” y hasta simpatizando con quienes se fueron. ¿Arrepentimiento en puerta?
La Libertad Avanza llegó con el discurso de combatir a la casta. Hoy, los hechos muestran que terminaron pareciéndose —o superando— a aquello que prometieron destruir.
En política, las máscaras siempre caen… y este miércoles que pasó, cayeron varias.